sábado, 2 de septiembre de 2023

CUIDAR LA CASA COMÚN, DESAFÍO DE NUESTRO TIEMPO

 Encuentro realizado el sábado 19 de agosto, en la sede central de la Compañía del Divino Maestro

En el marco de los 80 años de la Compañía del Divino Maestro y los 90 años de la fundación del Instituto de Cultura Religiosa Superior (ICRS), confirmando nuestro caminar en los desafíos de cada momento histórico, se celebró el panel de discusión acerca del cuidado de la naturaleza, los recursos y la vida.  La crisis climática no es fruto de las fuerzas de la naturaleza, es una crisis cuyas causas son de orden político y social.

Para ayudarnos en la reflexión tuvimos como panelistas al Dr. Guillermo Folguera (CONICET), argentino y al Mg. Luis Eduardo Espinoza Almonacid (CONICET, IIGG-UBA), chileno.  Y para abordar la temática desde lo estético, se presentó la muestra a cargo de Laura Woller - Macarena Aguiló - Paula Benítez. (Regina Espacio de Arte (REA) - Argentina). La hermana Silvina Spagnuolo, cdm, moderó el panel.


De izquierda a derecha, Hna. Silvina, Dr. Folguera y Mg. Espinoza Almonacid

Agradecemos a todos ellos por su colaboración, por lo que han compartido y nos ha dado que pensar. Resalto el hecho de que ambos, si bien nos hablaron desde la ciencia, se presentaron desde su experiencia personal: Guillermo contando como llegó a ocuparse del tema ambiental condicionado por su recorrido de vida y Luis afirmando que el hábitat objeto de su estudio es su hábitat, “yo soy de esa zona, esa zona es mi casa”.  Es muy fácil empatizar con el tema ambiental si los que nos hablan de esas problemáticas lo hacen desde su involucramiento humano, hablan de la ciencia desde el corazón.

A continuación presentamos algunas resonancias de lo escuchado en el panel, pretendiendo simplemente  hacer una lectura de lo acontecido.

Las presentaciones se refirieron a lo que sucede en Chile y Argentina respecto de la crisis climática.  Al mirar ambos países hemos hecho un gesto de vecindad, de cercanía, de intercambio fructífero.  No es mi problema, tu problema, se trata más bien de nuestro problema.

  • Los aportes fueron dados por dos científicos en orden a contribuir desde la ciencia al grave problema medioambiental.  Hemos de decir que la ciencia, como todo producto humano, no es neutral sino que hacer ciencia implica hacerlo desde una mirada interesada. Estos días se escucha de parte de algún candidato que se postula a la presidencia de Argentina  propuestas de privatizar la investigación científica. Sería un grave error. La investigación científica no puede quedar exclusivamente en manos de privados cuyos objetivos muchas veces se limitan a buscar ganancias, haciendo de la investigación una herramienta para el lucro. El Estado debe invertir en investigación científica y debe hacerlo garantizando que dicha investigación apunte siempre al bien común.  De ese modo estaremos cuidando la soberanía de nuestro pueblo en la búsqueda de solución a los problemas contemporáneos. Acá encontramos un primer binomio que tiene que ir junto: academia y pueblo; ciencia y bien común.

En la foto, una escultura que forma parte de la muestra 
“La tierra descansa sobre una ofrenda”
de las artistas Laura Woller, Macarena Aguiló y Paula Benítez.
(REA, Regina Espacio de Arte)

  • Otro binomio que aparece junto es el de ambiente –cultura. El cuidado del ambiente depende de que desarrollemos una cultura que construya un modo humano de convivencia. Si ponemos como meta de nuestras vidas el consumo desenfrenado; si creemos que el poder tecnológico puede resolver por sí mismo todos nuestros problemas sin necesidad de regularlo y sin utilizarlo con responsabilidad de manera que se respeten siempre los derechos humanos; si pensamos que para el desarrollo es inevitable sacrificar a los más débiles y vulnerables; entonces… la degradación del ambiente acontecerá de manera inevitable y definitiva.  Siempre el planteo ecológico es a su vez un planteo social, el clamor de la tierra es el clamor de los pobres

Paula Benítez y Laura Woller, en diálogo con los presentes, acogiendo resonancias de su obra.

  • El desafío que se nos presenta es inmenso. Requiere una búsqueda colectiva donde se escuchen  multitud de voces. Entre los interlocutores, no pueden faltar los pueblos originarios, quienes tienen un papel importantísimo.  Ellos nos acercan el “buen vivir” con su sabiduría milenaria y su comunión con la tierra, madre, hermana y maestra.  Si bien estos pueblos ven muchas veces atropellados sus derechos, no son sólo víctimas sino protagonistas de la recuperación de esos derechos. Aquí van juntas ciencia y sabiduría, como así también ética, belleza y espiritualidad.


Vasijas que cantan, son parte de la Muestra "La tierra descansa sobre una ofrenda"

  • Tampoco hay que separar cuidado de la naturaleza y preocupación por los seres humanos, siempre hay que pensar ambas cosas juntas.  Hay en la sensibilidad contemporánea un deseo de estar en comunión con la naturaleza, con los seres vivos. Esto es un aspecto valioso pero no suficiente. No sirve “militar” la causa de la ecología ignorando la causa de la humanidad, el cuidado del hábitat o de la “casa común” siempre va de la mano de la ternura, la compasión, la preocupación afectiva y efectiva por los seres humanos, nuestros hermanos y hermanas.

En las ponencias se habló de zonas de sacrificio, entendiendo el concepto como los lugares o zonas habitadas, cuya calidad de vida y entorno medio ambiental ha sido afectada por la actividad industrial instalada. Este concepto, surgido en Estados Unidos de Norteamérica en los 80, ha sido utilizado por diversas organizaciones de la sociedad como un medio para describir lo difícil que es vivir en estos lugares.[1] 

El término “sacrificio remite inmediatamente al ámbito de las religiones, es un término muy presente para referirnos a lo trascendente.  En el diccionario se nos dice que la palabra deriva del latín: “sacro” es decir sagrado y “facere” que significa hacer.  Hacer sagradas las cosas, honrarlas.  Qué ironía usar el término sacrificio con un sentido opuesto al que trae la definición. ¡¡¡Usar la palabra “sacrificio” para referirse a profanar el hábitat y así deshonrar a sus pobladores!!!  Justo lo contrario de lo que quiere decir sacrificio.

Así pues, podemos decir que un ritual de sacrificio persigue ofrecer un regalo a la divinidad para establecer, mantener o restaurar la relación del hombre con un orden sagrado que lo trasciende.

En la tradición religiosa cristiana, en sus escrituras sagradas frecuentemente encontramos el término sacrificio.  En el primer testamento, se narra como el pueblo fue comprendiendo que Dios prohibía los sacrificios humanos y en el segundo testamento, más precisamente en los evangelios, es el mismo Jesús que dice en Mateo 9,13 “Vayan y aprendan lo que significa: misericordia quiero, que no sacrificio”.  Es decir, acá se enseñan dos cosas: la primera es que Dios no necesita de nuestros sacrificios; la segunda es que Dios no admite que, para buscar vincularnos con Él, pretendamos hacerlo a través del sacrificio, de la muerte de las personas, de los seres humanos. El único sacrificio que puede unirnos con Dios es el que realizamos para cuidar, para respetar, para sentir misericordia por las personas, nuestros hermanos y hermanas.  “La gloria de Dios es que el pobre viva”.

No es cierto que no se pueda hacer nada. Para empezar, podemos conjugar varios verbos: ocuparnos, conocer, concientizar, solidarizar, exigir…Si bien es cierto que estamos lejos de algunos de esos lugares “de sacrificio”, no es menos cierto que los que vivimos en las ciudades tenemos una responsabilidad con los ambientes urbanos.  Hay distintos niveles en los que se puede incidir: desde lo personal, lo barrial, lo familiar pasando por lo regional, lo provincial, lo nacional,…articulando, resistiendo, proponiendo, aprendiendo. Desde abajo, en permanente actitud de vigilancia.

Termino estas resonancias pidiendo inspiración a un santo, San Francisco de Asís, cuya vida y enseñanzas es fuente de inspiración para cuantos se ocupan del cuidado del medio ambiente y la protección de las poblaciones.  En su magisterio se nos dice que la realidad no puede nunca reducirse a un mero objeto de uso y de dominio.

María Laura Roger, cdm


 





[1]https://www.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/33401/1/BCN_Zonas_de_sacrificio_en_Chile_2022_FINAL.pdf




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente !! 👏👏🥰

Anónimo dijo...

Q alegría hnas! Celebró sus pasos sobre nuestra Tierra!
Gracias por ser parte!
Las abrazo ❤️🙏❤️

Anónimo dijo...

Paz y Bien! Como franciscana (de Bonlanden) me alegra sobremanera esta gran misión, esta respuesta, servicio, concientización. Nos interpela, me interpela a continuar, a estrechar manos y corazones junto a San Francisco y a Santa Clara y a todas y todos!

Anónimo dijo...

Excelente misión , hay mucho camino que recorrer en la senda de la fe , principalmente el trabajo con nuestros jóvenes .. mucha fe en recibir nuevas líderes y guías de la fe y esperanza
Un gran abrazo