martes, 8 de agosto de 2023

martes, 1 de agosto de 2023

 

2da. Parte

EL INSTITUTO DE CULTURA RELIGIOSA SUPERIOR, INSTITUCIÓN PARADIGMÁTICA EN LA ARGENTINA (1966-1983).



1)   La persecución.

NOTAS

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3) La persecución.

El ICRS, como lugar practicado generó sospechas y pronto se volvió en peligroso para la dictadura.

Como LUGAR DE ENCUENTRO muchas personas y organizaciones pudieron llegar hasta allí, participar en las actividades que se proponían y también encontrarse con otros a los que acompañaban las mismas preocupaciones. Muchas alianzas y sinergias se desarrollaron bajo esos techos.

Fue también LUGAR DE FORMACIÓN. Acompañó la dinámica de la Iglesia del Concilio Vaticano II, de la Iglesia Latinoamericana y de la Iglesia Argentina. Hizo un servicio que permitió formarse a muchos cristianos en esta nueva etapa. Ayudó a la promoción de los laicos y a descubrirse, esa generación, como Pueblo de Dios que caminaba en la Argentina.

Según los testimonios fue LUGAR DE REFUGIO para algunas personas. “A medida que avanzaba el proceso militar, aumentaban las persecuciones y muchas personas –para salvar su vida- optaron por salir del país. Uno de los mayores problemas que afrontaban era el conseguir pasaporte y –luego de haberlo solicitado- encontrar un lugar donde refugiarse….así fue como se refugiaron en casa algunas personas, sobre todo del gremio de Ongaro (Gráficos). El 8 de mayo de 1975, Alfredo Máximo Ongaro –hijo de Raimundo Ongaro y preso en ese momento- fue asesinado. A partir de allí se desató una persecución contra toda la familia y esta acudió a nosotras. Yo me puse en comunicación con Mateo Perdía, sacerdote pasionista de la iglesia de Santa Cruz y con él traté el tema de refugiar a la esposa de Ongaro.”11

PARA LA DICTADURA fue un LUGAR PELIGROSO. El gobierno militar ejerció una vigilancia en muchas instituciones eclesiales. El ICRS no se libró de ella. Aún en el año 1982, casi al borde del regreso a la democracia todavía se tenía que informar a los organismos de inteligencia acerca de las autoridades en vigencia, la índole de la institución y las actividades del ICRS. También era frecuente la presencia de personas extrañas en los cursos y conferencias, de manera que había que tener cierto cuidado con lo que los profesores y alumnos expresaban.

Los hechos más dramáticos que se vivieron en el ICRS fueron dos atentados que se registraron el primero el 4 de noviembre de 1976, consistió en que la librería del Instituto fue ametrallada y el segundo, el 7 de marzo de 1977, cuando hicieron estallar a la madrugada dos bombas, una en R. Peña 1062, puerta de entrada al Teatro del Instituto y otra en R. Peña 1052, entrada de la librería. De todos modos no hubo víctimas que lamentar aunque si destrozos materiales y el consecuente temor que invadió el lugar.

En el primer atentado, además de ametrallar la librería del Instituto, también ametrallaron la vecina librería religiosa que queda a dos cuadras. Se atribuyó el atentado un comando por la restauración católica. En esa época estaba la polémica por la Biblia Latinoamericana que se vendía en ambas librerías y era considerada marxista por la dictadura y por algunos miembros de la Conferencia Episcopal Argentina. Se hizo la denuncia en la comisaria 17. Hechas las investigaciones de rigor, se informó a las hermanas que el estudio de balística revelaba que el arma utilizada en el atentado era de origen francés, muy sofisticada. En el segundo atentado, perpetuado cuatro meses después, por la madrugada, se trató de dos bombas muy potentes, que dejaron estragos en negocios y ventanales de toda la cuadra además de volar la entrada de 1062 y provocar destrozos considerables en el frente de la librería en R. Peña 1052.

El 11/11/1976 se había solicitado al Fondo Nacional de las Artes un subsidio para la adquisición de spots y lámparas de proyección. El 21/1/77 el Consejo General de la CDM aceptó dicha donación y dada que la sala inaugurará temporada el 7 de marzo del corriente año, los fondos serían usados entre el 15/2 y el 6/3 para poner el teatro a punto. Todo ese material resultó destruido por aquellos mismos que lo habían otorgado.12

A raíz del segundo atentado se hicieron trámites ante el Ministerio de Bienestar Social para obtener algún subsidio como reparación. La respuesta fue que no correspondía porque esos subsidios se otorgaban solamente a viviendas familiares que hubieran sufrido atentados de ese tipo.13

Reproducimos aquí el testimonio de Luis Brandoni, que al día siguiente del atentado con las bombas, tenía que estrenar una obra en el teatro. “Recuerdo también que en el actual teatro de la Comedia, en Rodríguez Peña casi Santa Fe, la actriz Tina Helba organizó recitales diarios. Me convocaron para presentarme con tres funciones de mi bipersonal “Solo para usted”, que yo hacía con Mario Labardén y el guitarrista Moncho Meres, cuando me quedaba sin trabajo. La madrugada anterior a mi debut en ese ciclo, pusieron una bomba frente al teatro que produjo un daño material muy grande en los locales y viviendas de esa cuadra. Fui apenas me enteré. La escena era desoladora. Una señora parada en la puerta de su comercio con la vidriera rota, me vio pasar y me dijo: “gracias, eh, muchas gracias”. La mujer me hacía responsable de la bomba. La víctima era el culpable. Ese clima social se vivía en Bs.As.”14.

Después de los atentados, las hermanas del Divino Maestro enviaron comunicaciones al Cardenal Aramburu, arzobispo de Buenos Aires, al Cardenal Primatesta, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y al Nuncio Apostólico Monseñor Pio Laghi informando lo ocurrido. Llevaron las cartas en mano. Una de las protagonistas afirma que en la Nunciatura apostólica fue donde más se interesaron, tomando pormenorizada nota de todo lo ocurrido. En cambio, en el Arzobispado fueron recibidas por Monseñor Canale que bajando la escalera de la sede les dijo “Por algo habrá sido”. Esa expresión provocó turbación en un sacerdote que presenció el hecho.15

Los diarios de la época registraron los hechos y dieron la noticia: “La Razón” el 7/3/1977; “La Opinión”, “La Nación”, “La Prensa” el día 8/3/1977. Es destacable lo publicado por el diario “La Opinión” en dos artículos donde además de informar del hecho, se hace un juicio de valor sobre el mismo. Reproducimos:

“…Y la Argentina que aún debe soportar las bombas que han destruido un orgullo nacional como el Instituto de Cultura Religiosa Superior, donde hace más de veinte años se difunden las muestras más elevadas de la cultura universal y el pensamiento de la Iglesia …”16. “Entonces aparecen los que piensan que el silencio es salud y achacan la responsabilidad de las bombas a los teatros y a las bibliotecas y convierten a la víctima en victimario. Y sin embargo, es precisamente en estas circunstancias cuando el rol de la comunidad se dibuja nítidamente….La comunidad debe obstinarse en reconstruir los teatros dañados, en reparar las bibliotecas destruidas. Si el teatro del ICRS tenía un programa debe cumplirse, porfiadamente, sin excepciones….”17

En los días posteriores al segundo atentado, fueron muchas las personas y organizaciones que se solidarizaron con las hermanas y con el ICRS.18 En los archivos de la CDM se obtuvieron los siguientes registros:

▪ Monseñor Jorge Casaretto, obispo de San Isidro.

▪ Monseñor Miguel Hesayne, obispo de Viedma.

▪ Monseñor José Gentico, director de la casa de Formación Sacerdotal. Diócesis de Morón.

▪ Monseñor Cándido Rubiolo, administrador apostólico Diócesis de La Rioja.

▪ Consejo Directivo de la Fundación Argentina para la Promoción del Desarrollo Económico y Social (FAPES) y sus institutos IDEC-IDIE. Firman Carlos Eroles y Juan Caracotche.

▪ Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.

▪ Oficina Israelí de Turismo.

▪ Monasterio de los Monjes Trapenses. Azul. Padre Agustín Roberts. Además de solidarizarse, enviaron un cheque de quince mil pesos nuevos para cubrir alguna necesidad de la comunidad.

▪ Marta Ezcurra, ex directora de la Escuela de Servicio Social del ICRS:

▪ María Luján Eyzaguirre.

▪ Padre Alberto Ibáñez Padilla.

▪ Elizabeth Freitag, representante de Adveniat para América Latina.


NOTAS

1 https://www.latorredelvirrey.es/que-es-un-lugar-la-topologia-espiritual-de-michel-de-certeau/

2 Se refiere a la Acción Católica Argentina (ACA), la Juventud Obrera Católica (JOC);la Juventud Estudiantil Católica (JEC); la Juventud Universitaria Católica (JUC); la Juventud Agraria Católica (JAC) y al Movimiento Rural de la Acción Católica (MR de AC):

3 Catoggio, María Soledad. Los desaparecidos de la iglesia: El clero contestatario frente a la dictadura-1ª Ed.-Buenos Aires: Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2016.

4 Barral, María Elena. Curas con los pies en la tierra: Una historia de la Iglesia en la Argentina contada desde abajo. Sudamericana, Bs.As., 2016. Pág. 246.

Bonasso, Miguel. El presidente que no fue. Los archivos ocultos del Peronismo. Planeta, Bs.As., 2011, pág. 305.

Brandoni, Luis- Ramos Marcelo. Antes de que me olvide. CABA, Sudamericana, 2021.

Campos, Esteban. Cristianismo y revolución. El origen de Montoneros: Violencia, política y religión en los 60. CABA, Edhasa, 2016, pág.98.

Chávez, Fermín. Alpargatas y Libros- Diccionario de Peronistas de la Cultura. T. II –Ediciones Theoría, Buenos Aires, 2003. Pág. 56 y 61.

De Biase, Martín: Entre dos fuegos: Vida y asesinato del padre Mugica, Bs.As. Patria Grande, 2009, pág.6, 138, 229, 344.

Diana, Marta. Buscando el Reino. La opción por los pobres de los argentinos que siguieron al Concilio Vaticano II. Planeta, Bs.As., 2013, pág.291, 292.

Donatello, Luis Miguel. Catolicismo y Montoneros: Religión, política y desencanto. Buenos Aires, Manantial, 2010, pág.89.

Dirección General de Cultos. CABA. Gritar el evangelio con la vida. Mauricio Silva barrendero. Buenos Aires, 2007, pág.13, 153.

O`Donell, María. Aramburu: El crimen político que dividió al país. El origen de Montoneros. Caba, Planeta, 2020, pág.157, 165.

Suarez, Ana Lourdes. Religiosas en América Latina, memorias y contextos. 1º Edición. CABA. Universidad Católica Argentina- Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales ,2020. Libro digital, pág. 116.

Varios. Vidas de fuego. Grandes figuras espirituales de la historia del siglo XX. Buenos Aires, Lumen, 2006.pág.133.

Verbitsky, Horacio. La mano izquierda de Dios. Tomo IV. La última dictadura. (1976-1983). 1ª Ed. Buenos Aires, Sudamericana, 2010, pág.454, 524.

5 Cfr. María Laura Roger. Natalia Montes de Oca (1895-1981) en Personalidades Religiosas de la ciudad de Buenos Aires: Hombres y mujeres creyentes que dejaron su huella/ compilado por Marcos Vanzini. Buenos Aires: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2012.

6 Todo lo que sigue: 2.1., 2.2.; 2.3. es sacado de los archivos del Instituto de Cultura Religiosa Superior. Sección folletos.

7 Constituciones de la Compañía del Divino Maestro.

8 Libro de Actas del Consejo General de la CDM. Acta Nº 458, 31 de Octubre de 1973.

9 Cattogio, María Soledad, op.cit. pág.98. Se refiere a los religiosos que ingresan al mundo del trabajo rechazando el campo de la educación católica como ámbito pertinente para la misión evangelizadora.

10 Ver entrevista a Nelda Etchenique en Diana, Marta, op. cit. Pág.291.

11 Idem, pág, 292.

12 Cfr. Actas de la Asociación Civil “La Verdad” de la CDM. Acta Nº 42 del 21/171977.

13 Cfr. Actas de la Asociación Civil “La Verdad” de la CDM. Acta Nº 46 del 25/4/1977.

14 Luis Brandoni/Marcelo Ramos. Antes de que me olvide. Caba, Sudamericana, 2021, pág.163.

15 Testimonio de la Hermana Clara Romero, cdm.

16 Ver Los dos países en el Diario La Opinión del 8/3/1977.

17 Ver Posdata en el Diario La Opinión del 9/3/1977.

18 Archivo Compañía del Divino Maestro. Correspondencia Año 1977.

(Texto publicado en: LA VERDAD OS HARÁ LIBRE. La Iglesia católica en la espiral de violencia en la Argentina. 1966-1983. TOMO 1. págs. 674-680. Ed. Planeta, 2023)

 

1ra PARTE

EL INSTITUTO DE CULTURA RELIGIOSA SUPERIOR,   INSTITUCIÓN PARADIGMÁTICA EN LA ARGENTINA (1966-1983).

María Laura Roger CDM


  ESPACIOS que condicionaron la vida de los consagrados, animados por ellos en esos difíciles años.

2)   El Instituto de Cultura Religiosa Superior

2.1. ¿Qué es el ICRS?

2.2.¿Cómo se estructura?

2.3. ¿Qué ofrecía el ICRS esos años?

2.4. ¿Qué espíritu animaba el ICRS?

2.4.1.Folletos

2.4.1.1. Folleto del ICRS:

2.4.1.2.Folleto de la Escuela de Ciencias Sagradas:

2.5. Debate sobre la Escuela de Relaciones Humanas.

2.6. La revista SEDOI.

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La Real Academia define “paradigma” como “conjunto de unidades que pueden sustituir a otra en un mismo contexto porque cumplen la misma función”. Es un arquetipo, un ejemplar: algo que representa a otras situaciones que se le asemejan. Consideramos el caso del Instituto de Cultura Religiosa Superior paradigmático en cuanto que, en medio de la difícil situación que atravesaba la Argentina en los años del terrorismo de Estado, realizó proyectos significativos en la formación, la acogida y la animación de la renovación que proponía a la vida consagrada y a la Iglesia, el Vaticano II y fue un espacio significativo para muchos que encontraron allí contención y ayuda.

1) ESPACIOS que condicionaron la vida de los consagrados, animados por ellos en esos difíciles años.

Cuando hablamos de espacios tenemos que aclarar a que nos estamos refiriendo. La historia, y de eso se trata nuestro esfuerzo, es el encuentro de dos libertades, la del hombre y la de Dios, en medio de las coordenadas espacio-temporales.

El término “espacio” tiene distintas interpretaciones según la disciplina que lo aborde y la reflexión de quien la cultiva.

En nuestro caso, entenderemos espacio como algo distinto de lugar.

“Un lugar implica “una indicación de estabilidad”; “el espacio es un cruce de entidades móviles”; “el espacio es un lugar practicado”.

La distinción entre lugar y espacio atribuye al primero características ordenadas e inalterables, mientras que el segundo no tiene “ni la univocidad ni la estabilidad de algo circunscrito”; se presenta como “un cruce de entidades móviles”, en pocas palabras: “es un lugar practicado”. Dentro de este teatro de posibilidades ilimitadas, todos y cada uno pueden contribuir al nacimiento de un “pulular creativo”, motor de aquella pluralidad cultural que es la barrera indispensable contra cualquier tentación autoritaria”1

Nuestro trabajo se refiere a un tiempo determinado: años 1966-1983 y a un lugar determinado: Argentina. Esta nación se convirtió en un lugar donde reinó la dictadura militar y se desarrolló el terrorismo de Estado.

Sin embargo, misteriosamente, en medio de esta realidad, hubo enclaves o intersticios donde se animó la vida y se formaron las personas en orden a sostener la fe, el amor y en la esperanza.

“A la vez, estos espacios institucionales2 convivían con reuniones informales como charlas, retiros y conferencias que congregaban a actores de distintas pertenencias institucionales, con participación de grupos diversos y, en ocasiones, deseosos de encontrar un grupo o referente con quien sentirse más identificados para orientar sus propias carreras eclesiásticas. En este sentido, los retiros espirituales dirigidos por Arturo Paoli o Francisco Jalics, las charlas con Mamerto Menapace en el monasterio de Los Toldos, las conferencias dadas en Casa Nazaret, en torno al Centro de Justicia y Paz, o las charlas convocadas en el Instituto de Cultura Religiosa Superior fueron memorables para muchos de los protagonistas de este libro. Para algunos de ellos, estos espacios resultaron cruciales para reorientar la carrera vital en momentos de incertidumbre o pérdida de sentido de las estructuras en las que estaban insertos”3.

Si bien Cattogio está refiriéndose a la incidencia que tuvieron esos espacios en el clero, podemos considerar sus afirmaciones extensivas a otros protagonistas de la época.

Llama la atención que todos los espacios nombrados por Cattogio fueron animados y sostenidos por religiosos. En el caso del Instituto de Cultura Religiosa Superior las que estuvieron al frente de la obra fueron mujeres religiosas.

Aquí nos ceñiremos a las áreas la Capital Federal (CABA) y a la provincia de Buenos Aires. Queda pendiente para el futuro poder explorar otros espacios a lo largo y ancho de la Argentina que también resistieron la barbarie del terrorismo de estado.

2) El Instituto de Cultura Religiosa Superior

De los espacios “practicados” observaremos con más detenimiento al Instituto de Cultura Religiosa Superior (En adelante: ICRS). A lo largo de la investigación nos llamó la atención las muchas veces que se lo menciona en los testimonios y en las publicaciones. Citamos aquí solo algunos libros en los que aparece.4 En ellos se nombra al ICRS frecuentemente como lugar de encuentro o de formación. Repetidas veces referido a los padres Carlos Mugica y Alberto Carbone. También indicando a personas que actuaron o trabajaron allí. Y como un acontecimiento muy significativo por las amenazas y atentados que sufrió. Este espacio pertenece a una congregación religiosa femenina, la Compañía del Divino Maestro (en adelante: CDM). Desde su fundación ha sido animado por mujeres. En la época que nos ocupa era uno de los pocos espacios que tenía esta característica.

El origen del ICRS tuvo lugar el 3 de mayo de 1933, cuando el arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, Monseñor Santiago Luis Copello lo fundó, “para la formación intelectual y espiritual de las socias -especialmente las socias dirigentes- de la Acción Católica Argentina”. De este modo la teología se hace por primera vez en Buenos Aires asequible a las mujeres. Su sede definitiva está situada en Rodríguez Peña 1054, CABA.

El 28 de enero de 1943 se funda la Compañía del Divino Maestro, congregación que surge como respuesta concreta a la necesidad de consolidar el impulso de los estudios teológicos brindados por primera vez a la mujer, cuyo primer paso había sido la fundación del ICRS. A medida que pasó el tiempo, esta acción pastoral se extendió. Las destinatarias principales fueron las mujeres pero con el ánimo de llegar a todos a través de ellas.5 En el tiempo de nuestro estudio ya se había dado una cierta apertura, asistiendo a la casa mujeres pero también varones, religiosas/os y también laicos/as.

2.1. ¿Qué es el ICRS?6

Según dice un folleto de la época se trata de “Un llamado a una reflexión sincera, a una investigación auténtica, a un compromiso vital ante el Misterio de Cristo y su Iglesia, para este momento crucial de la historia”.

Destaquemos que se define al ICRS como un lugar de convocatoria a un compromiso con Cristo y su Iglesia y por extensión, un compromiso con este momento crucial de la historia. Se entiende que es una convocatoria a vivir la fe encarnada, lejos de cualquier espiritualismo, fundados en que Jesucristo es el Señor de la historia. Es un llamado a buscar la “Verdad total que está en Jesucristo y es Jesucristo”7

2.2.¿Cómo se estructura?

El ICRS se presenta en la época como un lugar donde convergen distintas escuelas y disciplinas:

• Escuela de Ciencias Sagradas

• Departamento de Estudios Bíblicos

• Escuela de Servicio Social

• Escuela de Relaciones Humanas

• Historia del Arte

• Cultura Occidental Contemporánea

• Literatura Moderna

• Antropología Filosófica

• Seminario de Teatro

Además de las áreas académicas, el ICRS contaba con un ateneo deportivo para niñas y jóvenes; yoga impartido por profesoras discípulas del padre Ismael Quiles,s.j, egresadas de la Universidad del Salvador; una biblioteca con abundante material de las carreras y escuelas que funcionaban allí; una librería religiosa; un salón de té abierto a la comunidad; el aula magna que funcionaba como una sala multipropósito; una capilla para la oración, en la que se celebraba diariamente la Eucaristía, incluso los domingos.

El ICRS, como dijimos, era animado por las hermanas de la Compañía del Divino Maestro. Tenía una directora religiosa, que con un equipo directivo y el asesor teológico nombrado por el Arzobispo de Buenos Aires, se ocupaba de la totalidad de las secciones y actividades que ser desarrollaban en el mismo. En cuanto a la Escuela de Ciencias Sagradas tenía un director, cargo que siempre ocupaba alguno de los profesores de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA).