sábado, 28 de octubre de 2023

Hna. Laura Elsa AbudYáñez, a 33 años de ser incorporada a la Academia Chilena de la Lengua, octubre de 1990


Haciendo memoria de este momento tan importante en la vida de nuestra hermana Laura Elsa, en la vida de la Congregación y, principalmente, de la gente de Letras del querido Norte Grande chileno, reproducimos un artículo de su querido amigo, Osvaldo Maya Cortés que, fiel a su maestra, encuentra razones para hacernos recuperar la literatura nortina. 



TRANSFIGURAR LA SOLEDAD EN HALLAZGO POÉTICO

“El niño que fui no vio el paisaje tal como el adulto

en que se convirtió estaría tentado de imaginarlo

desde su altura de hombre.”

José Saramago.

Realidad e irrealidad: problemática literaria.

La literatura del Norte de Chile y su proceso de creación artística ha merecido elogiosas y pertinentes evaluaciones de mujeres y hombres de letras: Salvador Reyes, Mario Bahamonde, Andrés Sabella, Mauricio Ostria, Sergio Gaytán y, entre las damas, Hermana Laura Elsa Abud Yáñez de la Compañía del Divino Maestro.

“De la Palabra y el Hombre en el Norte de Sabella” fue el tema del Discurso de Incorporación a la Academia Chilena de la Lengua de Hermana Elsa Abud C. D. M. Serena y armoniosa se alzó su voz desde su Antofagasta esa noche de octubre de 1990. Más de tres décadas de su vida, le ataban entonces a estas tierras. Cincuenta años ya le había dedicado a la creación literaria: poesía, teatro, libretos radiales, ensayos, crónica periodística, etc. Esa experiencia y conocimientos en tres o más lenguas, respaldaban su docencia.

Su Discurso fue y es un aporte que reconforta. La primera religiosa incorporada como Académica Correspondiente en Antofagasta por la Academia Chilena de la Lengua expuso, con su sencillez habitual, lo que estimaba su “responsabilidad” desde el punto de vista de las creaciones literarias, para con el Norte. En aquella oportunidad aceptaba como “exigencias connaturales a la responsabilidad” asumida:

“Ser, en la Academia, testigo y voz responsable de una tarea silenciosa -no siempre valorada, pero nunca detenida- de generaciones que, en el desierto, han vivido y hacen vivir esa experiencia única de transfigurar la soledad en hallazgo poético; de brindar a sus hermanos en la aridez, como a sus hermanos en el verdor de otras latitudes de nuestro país y de nuestro continente, no sólo el prodigioso centelleo del oleaje marino -“viejo Arlequín, caballo de Simbad”- sino el caudal secreto de las aguas que se dejan adivinar, cristalinas, en la ilusión de tantos fascinados por el silencio de la noche Pampa adentro: “A muchos metros bajo la costra dura del caliche, se oye cantar el agua en el desierto”- dicen los que saben.”(1)

Testigos, voceros responsables, entusiastas vitalizadores, conscientes promotores, también han requerido las literaturas, especialmente las regionales, para que sus rasgos esenciales logren la debida jerarquización y garanticen su singularidad.

Destacable es en esas palabras el carácter específicamente estético del planteamiento en la coparticipación de esa “experiencia única”-tanto del creador, como del lector- consistente en “transfigurar la soledad en hallazgo poético” para proyectarlo luego, literariamente hacia los demás. En ese punto, desde siempre y en cualquier entorno cultural, se dan la mano la acción de los creadores con la de los recreadores, es decir, lectores, estudiosos y críticos.

Sergio Peralta Peralta, Victoria Fuentes Córdova, Hna. Elsa cdm, Osvaldo Maya Cortés y Patricia Benett Ramírez. Esta foto es de 1995 y fue tomada en Antofagasta.

sábado, 2 de septiembre de 2023

CUIDAR LA CASA COMÚN, DESAFÍO DE NUESTRO TIEMPO

 Encuentro realizado el sábado 19 de agosto, en la sede central de la Compañía del Divino Maestro

En el marco de los 80 años de la Compañía del Divino Maestro y los 90 años de la fundación del Instituto de Cultura Religiosa Superior (ICRS), confirmando nuestro caminar en los desafíos de cada momento histórico, se celebró el panel de discusión acerca del cuidado de la naturaleza, los recursos y la vida.  La crisis climática no es fruto de las fuerzas de la naturaleza, es una crisis cuyas causas son de orden político y social.

Para ayudarnos en la reflexión tuvimos como panelistas al Dr. Guillermo Folguera (CONICET), argentino y al Mg. Luis Eduardo Espinoza Almonacid (CONICET, IIGG-UBA), chileno.  Y para abordar la temática desde lo estético, se presentó la muestra a cargo de Laura Woller - Macarena Aguiló - Paula Benítez. (Regina Espacio de Arte (REA) - Argentina). La hermana Silvina Spagnuolo, cdm, moderó el panel.


De izquierda a derecha, Hna. Silvina, Dr. Folguera y Mg. Espinoza Almonacid

Agradecemos a todos ellos por su colaboración, por lo que han compartido y nos ha dado que pensar. Resalto el hecho de que ambos, si bien nos hablaron desde la ciencia, se presentaron desde su experiencia personal: Guillermo contando como llegó a ocuparse del tema ambiental condicionado por su recorrido de vida y Luis afirmando que el hábitat objeto de su estudio es su hábitat, “yo soy de esa zona, esa zona es mi casa”.  Es muy fácil empatizar con el tema ambiental si los que nos hablan de esas problemáticas lo hacen desde su involucramiento humano, hablan de la ciencia desde el corazón.

A continuación presentamos algunas resonancias de lo escuchado en el panel, pretendiendo simplemente  hacer una lectura de lo acontecido.

Las presentaciones se refirieron a lo que sucede en Chile y Argentina respecto de la crisis climática.  Al mirar ambos países hemos hecho un gesto de vecindad, de cercanía, de intercambio fructífero.  No es mi problema, tu problema, se trata más bien de nuestro problema.

  • Los aportes fueron dados por dos científicos en orden a contribuir desde la ciencia al grave problema medioambiental.  Hemos de decir que la ciencia, como todo producto humano, no es neutral sino que hacer ciencia implica hacerlo desde una mirada interesada. Estos días se escucha de parte de algún candidato que se postula a la presidencia de Argentina  propuestas de privatizar la investigación científica. Sería un grave error. La investigación científica no puede quedar exclusivamente en manos de privados cuyos objetivos muchas veces se limitan a buscar ganancias, haciendo de la investigación una herramienta para el lucro. El Estado debe invertir en investigación científica y debe hacerlo garantizando que dicha investigación apunte siempre al bien común.  De ese modo estaremos cuidando la soberanía de nuestro pueblo en la búsqueda de solución a los problemas contemporáneos. Acá encontramos un primer binomio que tiene que ir junto: academia y pueblo; ciencia y bien común.

En la foto, una escultura que forma parte de la muestra 
“La tierra descansa sobre una ofrenda”
de las artistas Laura Woller, Macarena Aguiló y Paula Benítez.
(REA, Regina Espacio de Arte)

martes, 8 de agosto de 2023