jueves, 11 de mayo de 2023

                SEMBLANZA DE NATALIA MONTES DE OCA 

Introducción

El día 8 de mayo celebramos la pascua de Natalia, con memoria agradecida la recordamos como una de las iniciadoras en favor de la formación integral de la mujer a nivel cultural y teológico. Compartimos por lo tanto un artículo de María Laura Roger CDM, publicado en “PERSONALIDADES  RELIGIOSAS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES”, Hombres y mujeres creyentes que dejaron su huella. Buenos Aires, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2012.

Su vida y su obra

Natalia Montes de Oca nace en Buenos Aires el 9 de noviembre de l895. Su padre fue Manuel Montes de Oca y su madre Amelia Ramírez. Son cuatro los hermanos: Sara, Sra. de Cárdenas, quien a su vez tuvo tres hijos, entre ellos un obispo y un sacerdote; Julita, que muere muy joven; María Amelia, que ingresa en la Congregación de las Franciscanas Misioneras de María, desarrollando su servicio misionero en la India y Pakistán hasta su fallecimiento en 1978; Octavio, quien muere a los 7 años en Inglaterra.

El padre de Natalia era diplomático y a causa de esto la familia recorre muchas  partes del mundo, lo que permite a Natalia familiarizarse con las distintas culturas y conocer varios idiomas que domina a la perfección. Por los continuos viajes no concurre a la escuela, recibe instrucción de institutrices. Desde joven tiene deseos de consagrarse a Dios, con una fuerte inclinación a la vida contemplativa. Por razones familiares pospone esos anhelos y se dedica a cuidar de los suyos.  Acompaña y secunda a su padre, tanto en sus tareas como en sus viajes. Más tarde asistirá a su madre en una penosa y larga enfermedad.

En la década del 30 se vive en la Argentina la llamada “Década Infame”, con una sucesión de gobiernos autoritarios. En cuanto a las ideas reinantes, es un tiempo de “Ilustración”, con primacía absoluta de la razón, como única fuente de conocimiento y de progreso para la humanidad. Se combate cualquier otro conocimiento que se trasmita por tradición o por una comunidad de memoria. En el plano de la política, esta mentalidad se plasma en el laicismo, que busca independizar al pueblo de toda influencia religiosa.

Los hechos claves en esta época eclesiales son: la creación y auge de la Acción Católica Argentina (1931); la respuesta popular multitudinaria al Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires (Octubre de 1934); el comienzo de la creación de nuevas diócesis; la actividad de agrupaciones y revistas católicas de alto nivel cultural. Se comprueban dos cosas muy importantes: por un lado un vasto sector del pueblo permanece indemne a la acción corrosiva de la enseñanza laica y de la propaganda antirreligiosa y, por el otro, por primera vez los intelectuales católicos se interesan en el estudio de las disciplinas eclesiásticas, promueven un catolicismo menos convencional, más cercano al Evangelio, a la vida sacramental y a la liturgia.


Rasgos característicos de su personalidad

Estos rasgos van influyendo en la personalidad de Natalia, quien manifiesta un amor de amistad con Jesús Maestro; con entrañas de misericordia se acerca a las personas  solas y desamparadas, tiene una mirada de aprecio por las realidades temporales; descubre que ha llegado “la hora de la mujer” como protagonista de la vida de la Iglesia  y de la sociedad. Las artes y las letras tienen un lugar importante en la vida de Natalia. Participa de una asociación de escritoras católicas, colabora con artículos en diversas revistas de la época, traduce del inglés la novela “Hombre-vida” de G.K. Chesterton. Escribe poesías y coros hablados, que luego pondrá en escena con hermanas y alumnas. Su sensibilidad artística se plasma en numerosos  crucifijos, imágenes de Jesús como Maestro, de su Madre la Virgen María y de las mujeres que acompañaron el anuncio del Reino.

 


Fundación del Instituto de Cultura Religiosa Superior

El 3 de mayo de 1933  el Arzobispo de la ciudad de  Buenos Aires, Monseñor Santiago Luis Copello funda  el Instituto de Cultura Religiosa Superior (en adelante: ICRS), “para la formación intelectual y espiritual de las socias -especialmente las socias dirigentes-  de la Acción Católica Argentina”. De este modo la teología se hace  por primera vez en Buenos Aires asequible a las mujeres. Comienza a funcionar en Montevideo 850, sede de las dos ramas femeninas de dicha institución. Su sede definitiva, que permanece hasta hoy, está ubicada en la casona de Rodríguez Peña 1054, donada por la Sra. Juana González de Devoto. 

 En 1934 tiene lugar el XXXII Congreso Eucarístico Internacional, del cual participa Natalia como delegada de la Acción Católica. Ese mismo año es nombrada presidenta del ICRS.   Rápidamente el ICRS va creciendo. A los cursos del Profesorado de Religión y Moral, se le suman cursillos intensivos y conferencias, talleres de arte, la inauguración de la biblioteca, el servicio de librería.  Posteriormente se inaugura el Ateneo Deportivo femenino, la sala de teatro. Se dictan clases de Historia del Arte; Filosofía y Letras;  Literatura. Se hace famoso el cine-debate. Se crea el Departamento de Estudios Bíblicos. Para captar lo que se vivía allí, presentamos el testimonio de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú quien evoca:

 Éramos muchas alumnas y la vieja casa de Rodríguez Peña, con todo su encanto y moderno edificio adyacente, hacían que una se sintiera parte de un proyecto definido e inteligente. Tras ese proyecto, desde ya, había una mujer, la madre Natalia a quien llamábamos por su nombre y que circulaba entre nosotras, ágil y silenciosa, observándolo todo y registrando el menor detalle. Calculo que en aquel tiempo tendría unos cincuenta años, tenía el pelo muy canoso aprisionado en una redecilla negra y unos ojos verdes que se destacaban en su piel cetrina. Tenía absolutamente claro la importancia de la educación superior tanto para un hombre como para una mujer y la organización de los estudios en el Instituto, que se completaban con la Escuela de Asistencia Social y el Profesorado de Religión y Moral, hablaba muy a las claras que nada había sido librado a la improvisación. En este país ingrato creo que es importante no olvidar el proyecto de Natalia y agradecerle por siempre haber despertado nuestra imaginación y estimulado nuestros hipotéticos talentos”. (Cfr. “Natalia Montes de Oca – Semblanza de una mujer fuerte”, pág. 101).


Fundación de la Compañía del Divino Maestro

El 28 de enero de 1943, en la ciudad de Buenos Aires se funda la Compañía del Divino Maestro, congregación femenina que surge como respuesta concreta a la necesidad de consolidar el impulso de estudios teológicos brindados por primera vez a la mujer, cuyo primer paso lo había constituido la fundación del ICRS.  Se trata de una consagración a Jesucristo, Verdad Total y de un respeto y valoración de las inquietudes y las búsquedas de verdad y justicia que las personas y pueblos van plasmando a lo largo de la historia.

Despliegue de su actividad

 Vemos así a Natalia desplegándose sucesivamente en la Acción Católica Argentina, en el Instituto de Cultura Religiosa Superior y en la Compañía del Divino Maestro. Es en estas instituciones en las que va materializando sus intuiciones, ofreciendo un carisma del todo singular en la Iglesia de Buenos Aires y en la sociedad de la época. 

En la década del 40 Argentina vive la irrupción de amplias masas populares, que participan por primera vez activamente en la escena política, en la producción y en  las conquistas sociales. Al mismo tiempo, dentro del ámbito de la Iglesia de Buenos Aires, Natalia intuye que los bienes del conocimiento de Jesús y de la teología son dones que están  llamados a ser compartidos por todos/as. Busca incorporar a las mujeres de manera que tengan acceso a una formación teológica y que puedan brindar el aporte femenino y sapiencial. Quiere que la teología deje de ser para pocos, varones, especialistas, para que pueda estar al alcance de las mujeres y de todo el laicado. Se pregunta:

¿No está llamando la Sabiduría?·...·puesta en pie· no solo ·en las más altas y elevadas cumbres sino también ·en medio de las carreteras, en las encrucijadas de los caminos, junto a las puertas de la ciudad, en la misma entrada?· (Prov.8,2-3)…Y cuando esa misma Sabiduría ·se hizo carne y habitó entre nosotros (Ev. Juan ,1,14) no cesó de llamar….Verbo infinito, hecho maestro popular…exclamó una vez: · Yo te alabo, Padre…porque has encubierto estas cosas a sabios y prudentes, descubriéndolas a los pequeñuelos”.

Al año siguiente de inaugurar en el ICRS los cursos del Profesorado de Religión y Moral, comienza a funcionar la Escuela de Asistencia Social. Ante las objeciones de quienes se preguntan que tiene que ver la teología con el Servicio Social o Asistencia Social, ella contesta recogiendo la enseñanza de Jesús en el evangelio:

En eso conocerán todos que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros” (Ev.San Juan 13,35)  y con la frase del apóstol Santiago:  La religión pura y sin mancha delante de Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y preservarse de la corrupción del siglo” (Stgo.1,27). En esta casa, pues, de cultura religiosa, en esta escuela del Divino Maestro, nada más apropiado que estudiar la práctica de ·la religión pura y sin mancha·, el distintivo de los discípulos verdaderos, el mandamiento del amor mutuo que El llamara ·mandamiento nuevo·…” 

Para ella seguir a Jesús va a estar intrínsecamente ligado a atender a los pobres,  acercarse a la teología necesariamente debe llevar al servicio a los que están excluidos de la mesa de la vida.  Esta comprensión del Servicio Social a partir de la fe implica, sin embargo una formación rigurosa, un acercamiento técnico y moderno. No se trata de ser “soñadores líricos”, se trata de aprender de la realidad, de los aportes de la ciencia, de los adelantos y logros humanos.

Natalia es Superiora General de la Compañía del Divino Maestro desde su fundación hasta 1965.  Luego se dedica a la formación de novicias y junioras, es decir de las jóvenes en sus primeras etapas de formación religiosa. Más tarde se retira por motivos de salud. Sus últimos años vive en el silencio y la oración. Toda su vida la dedica a Jesucristo y a los pobres. Esos dos amores la llevan a valorar todo lo humano, a reconocer que la Iglesia siempre puede dialogar y aprender del mundo. Como dice la Constitución “Gaudium et spes” del Concilio Vaticano II: los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias de las personas de nuestro tiempo, son los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de la Iglesia. También lo fueron de Natalia Montes de Oca.

El 8 de mayo de l981 muere Natalia en la festividad de la Virgen de Luján, bajo cuya protección pusiera el ICRS y la Compañía del Divino Maestro.  Esta coincidencia “da que pensar”. La Madre de Jesús es considerada por Natalia madre de una manera nueva de ser Iglesia, más inclusiva, más de todos/as, más de los pobres.

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario:

Marta Cayo Morales c.d.m. dijo...

Muy buen artículo, y muy actual. Queda un largo camino para un real reconocimiento de la mujer como una igual, en la Iglesia. Al menos, recojamos el guante que nos tiran las pioneras.